LO QUE OIGO Y VEO

Por Alci de la Rosa

EN DIA PASADO COMENTÉ QUE LOS ANUNCIOS DE TELEVISIÓN DEBEN SER CONCEBIDOS EN LA ACTUALIDAD DE TAL FORMA QUE NO SOLO INFORMEN DE LA BONDAD de un producto sino que además tengan los elementos precisos para entretener al televidente y que lo haga olvidarse del control para cambiar a otro canal mientras pasa la tanda de los comerciales. Y uno de esos buenos comerciales que hoy veo en la televisión es del Banco León donde el personaje supedita la su compra con una tarjeta de esa entidad si se produce una casualidad. Hay dos de ellos que son los mejores a nuestro entender, el de la señora que compra la batidora si se le cae una torres de latas que un empleado hacía en un supermercado. Y el otro de un señor que está indeciso para comprar un plasma y solo compraría si se cae un piano (como en efecto se le cayó) a unos empleados que lo bajaban de un camión. Son anuncios para esta época muy bien idealizados y con actores de categoría, que informan a la vez que deleitan.

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HAY UN ADAGIO QUE DICE "EL SILENCIO ES MÁS ELOCUENTE QUE LA PALABRA" Y ESTO DEBEN TENERLO BIEN PRESENTE LOS POLÍTICOS CRIOLLOS, porque hay pleitos mediáticos que no se deben llevar a cabo aunque usted tenga la razón, porque en fin de cuenta la imagen suya es la que queda mal parada y además le hace mal a su gobierno y a su partido. El político tiene que consultar periódicamente El Príncipe que aconseja que en determinada circunstancia usted tiene que ser zorro y león para saber como se maneja ante un ataque inesperado. Con el silencio usted se convierte hasta en víctima y si por el contrario usted contra ataca a su contrario de la misma forma violenta que él lo hizo, puede que la opinión pública entonces le caiga arriba por ser funcionario público y tener amasada una gran fortuna en dinero.

No es táctico en un momento de crisis usted exhibir un palacio campestre de construcción millonaria y suntuosa. En pleno inicio de una campaña política emprender una acción lesiva contra la libertad de prensa es un craso error, pero un error para un pelafustán y no que venga a cometerlo un hombre de tanta experiencia en política y tan versado en la historia de nuestro país. Con razón o no, el buen político sabe muy bien cuando acepta el reto y echa el pleito, pero nunca cuando el contrario quiera echar ese pleito.